miércoles, 20 de enero de 2010

Deshojando margaritas

Esperándote, me dispongo a escribirte, como cada vez que me siento abandonada. Tus promesas ya sirven de poco, y tus constantes cabreos prefiero ignorarlos; sé que tu orgullo te impide rectificar y ponerte, aunque sea un poco, en mi lugar.
Cada día siento lo mismo, un aboandono confiado, pues sabes que aún así te estaré esperando, y pensándolo bien... no sé quien tiene más culpa de los dos, ¿tú por desolarme o yo por consentirte? Más bien lo último. Por mucho que lo piense voy a seguir amándote de esta manera tan loca y ciega, con este corazón que tanto valora lo que me das, por eso la balanza de tus mentiras se equilibra cada vez que me dedicas un segundo de tu tiempo.
No sé si estarás pensando en mi o aprovechando el rato como me has dicho antes de irte, cabreado y orgulloso, a la diversión. Sólo te escribo para decirte que te espero, deshojando margaritas y pensando en tí, a pesar del daño que me haces.

3 comentarios:

Amylois dijo...

De repente...sentí lo mismo.

Unknown dijo...

Si alguien te quiere y te respeta de verdad no te hará daño de manera consciente y no merecerá esos pétalos de margarita...

Un besazo, hadita!

M@r@ dijo...

Puedes estar deshojando margaritas toda tu vida,pensando en que esa persona que vivió por ti en su momento lo pueda estar haciendo ahora,pero tambien puedes mirar hacia delante y no coger amapolas de un cesped artificial...Un beso y un abrazo muy grande.