viernes, 25 de septiembre de 2009

Reflexión

"Vivir no es pasar una hoja del calendario, sino entender que cada uno de los momentos de esas hojas son únicos e irrepetibles."

Y vosotros, ¿creéis que es así?

Besos.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Se acabó


Ya se acaba todo lo bueno. El no tener que madrugar, ir sin horarios, la siestecita, el acostarse tarde, el vaguear,... todo se acaba. Mañana mismito empezamos las clases y, bueno, con ello también se acaba el tiempo. No sé si podré seguir la "rutina" (por decirlo de alguna manera) de postear. Intentaré seguir los días planteados pero no sé si será posible.

A partir de mañana comenzará un nuevo curso, con él el adaptarse a nuevos horarios, las clases, los exámenes, los nuevos profesores, los nuevos compañeros. Con unos te llevas mejor, con otros peor, unos no hacen más que joderte, otros te apoyan y ayudan... "De todo hay en la viña del señor".
Ojalá se pudiera ver el instituto como se pinta en los dibujos animados, los niños van contentos a ver a sus compañeros, ¡hace tres meses que no se ven!. El primer día vale, pero a partir de ahi nos va costando más llegar al día siguiente. ¡Bendito fin de semana!

Ya os contaré qué tal se presenta el curso respecto a todo. Y ahora... me voy pitando al instituto que tenemos una charla (menudo rollo me espera :S)

Besos.

lunes, 14 de septiembre de 2009

una lágrima

Cierro los ojos y pienso en lo mucho que me gustaría ser una lágrima tuya. Pero no una cualquiera... Sería una que derramases por mi.
Nacería en tu alma, donde se que en realidad se esconden sentimientos temerosos de salir al exterior, y brotaría de tus ojos castaños. Comenzaría mi recorrido por la autopista de tu cuerpo en el valle de tus mejillas, esas que no me canso de acariciar, para llegar lentamente la cordillera de tus labios. Allí, luego de un sinuoso viaje del que no me arrepentiría a pesar de sus muchas curvas, atravesaría el puente de tu cuello hacia tu pecho, que se asemejaría a un terreno fértil, trabajado y duro. Disfrutaría de cada poro de tu piel, cuando de repente, sentiría algo temblar bajo mis pies. Recorriendo aquel terreno me daría cuenta de que aquello que bombeaba debajo de mi era tu corazón, que me impulsaría a seguir bajando hacia tu vientre, para finalmente caer en tu ombligo donde quedaría dormida...
Para mi... Tu pequeña distancia se me hace un mundo.


Besos.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Abrir puertas sin miedo


En una tierra en guerra, había un rey que causaba espanto a sus enemigos ya que a sus prisioneros, no los mataba, si no que los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado, y una inmensa puerta de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre.

En esa sala, les hacía formar un círculo y les decía:
-Ustedes pueden elegir entre morir a flechazos por mis arqueros o pasar por aquella puerta. Detrás de esa puerta, YO LOS ESTARÉ ESPERANDO.

Todos elegían ser muertos por los arqueros.
Al terminar la guerra, un soldado que por mucho tiempo había servido al rey, se dirigió al soberano y le dijo:
-Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?
-Dime, soldado.
-Señor, ¿qué hay detrás de esa puerta?
El rey contestó:
-Ve, y mira tú mismo.
El soldado abrió temerosamente la puerta, y a medida que lo hacía, rayos de sol entraron y la luz invadió el ambiente. Finalmente, sorprendido, descubrió que la puerta se abría sobre un camino que conducía. ¡a la LIBERTAD! El soldado, embelesado, miró a su Rey, quien le dijo:
-Yo les daba la oportunidad de hacer una ELECCION, ¡pero por temor preferían morir a arriesgarse a abrir esta puerta!

¿Cuántas puertas dejamos de abrir por miedo a arriesgar? ¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro, sólo por sentir miedo de abrir la puerta de nuestros sueños?

Besos.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Caricias en tu espalda



"Me dejé la vergüenza olvidada
en el fondo del vaso en el último bar.
La mirada perdida, la voz oxidada,
despierto en tu cama y me da por cantar"

martes, 8 de septiembre de 2009

Estrellas


Aquellas estrellas que nos regalábamos el uno al otro en las noches en las que el insomnio nos podía siguen ahí, intactas, haciéndome recordarte cada noche. Todas ellas fueron mías y tuyas, fruto de nuestro empeño por compartirlo todo. Todas ellas te echan de menos tanto como yo, añorando cada centímetro de tu piel y cada beso y caricia que al final conseguía dormirme. Mientras se reflejan en esas sábanas que tanto te gustaban, añoran mi cabeza sobre tu pecho, tu pelo enredado entre mis dedos, toda aquella ternura que hoy sigue viva aunque duramente reprimida, ese deseo que como las estrellas sigue ahí, y ahí se quedará para siempre. Cuéntalas cada noche, desde tu cama, esa que la distancia separa tanto de la mía, y recuérdame siempre, pues ni siquiera la lejanía logrará apagar ninguna de ellas.

Besos.

sábado, 5 de septiembre de 2009


Mi aburrimiento continúa y con él los broches avanzan. Cada vez más complicados, con más detalles, pero a su vez mucho más entretenidos. Se me pasan volando las horas, con ellas las tardes y los días.
En verdad, deseaba que empezase el instituto, no por estudiar (ni mucho menos) sino porque allí se pasa medio día, por la tarde tienes cosas que hacer, en fin, la rutina que consigue quitarte el tiempo para aburrirte. Pero ahora que he conseguido encontrar entretenimiento... ya no me apetece volver. Una lástima que hubiese empezado tan tarde, ya que se acerca cada vez más la vuelta al cole. Espero que no me cueste mucho :).

Besos.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Locura y amor

La primera vez que se jugó al escondite en la Tierra no jugaron personas, jugaron sentimientos. Fue la iniciativa quien lo propuso y el entusiasmo bailó de júbilo, secundado por la euforia. La alegría dio tantos saltos que terminó por convencer incluso a la duda y a la apatía y aunque no todos quisieron participar (la verdad prefirió no esconderse, porque al final siempre la hallaban) la locura empezó a contar. 1, 2, 3,...
La primera en esconderse fue la pereza, dejándose caer tras la primera piedra del camino. La generosidad casi no alcanzó a esconderse porque cada escondite que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: un lago cristalino ideal para la belleza, una hendija de un árbol perfecta para la timidez, una ráfaga de viento magnífico para la libertad,... Así que terminó por acurrucarse en un rayo de sol mientras el egoísmo permanecía en un sitio mejor, pero sólo para él. La mentira por su parte se escondió en el fondo del mar, la pasión y el deseo en el centro de un volcán,...
Uno a uno todos los sentimientos fueron escondiéndose y entonces la locura comenzó a buscar. Encontró a la fe conversando con Dios y cerca de ella a la envidia, que se encontraba a la sombra del triunfo. En el lago halló a la belleza y aún decidiéndose por algún lugar descubrió a la duda. Poco a poco fue encontrando a todos: al talento entre la hierba, a la angustia en una cueva oscura, a la soberbia en la cima de una gran montaña,...
Sólo el amor continuaba oculto aunque la locura lo buscó detrás de cada árbol, en cada río y en todos los mares pero cuando ya estaba a punto de darse por vencida, divisó un simple rosal y entre sus flores lo encontró. Decidió aparecerse por sorpresa como siempre el amor solía hacer y cuando empezó a mover las ramas escuchó un quejido que ya no era de sorpresa, sino de dolor: Las espinas del rosal habían herido al amor en los ojos y le habían dejado ciego. La locura no sabía que hacer para disculparse por el accidente y lloró e imploró y prometió al amor que desde entonces siempre sería su fiel guía.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la Tierra, el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.

Besos.

martes, 1 de septiembre de 2009

Abrázame


Ven, abrázame. Deja que me rodeen tus brazos toda la noche, mientras me cuentas que ayer soñaste conmigo, mientras acaricias mi pelo. Abrázame y olvídate de todo lo demás: sólo existimos tú y yo. Abrázame con todas tus fuerzas, pues no va a dolerme mientras sean tus brazos los que lo hagan. Deja también que escuche en tu pecho a ese tambor que suena sin pausa, ese que suena monótono y aburrido excepto para mí, que no me canso de escucharlo día y noche. Déjame que recuerde tu olor para que cuando por la noche esté sola, pueda imaginarte a mi lado, sin parar de abrazarme, tu corazón latiendo con calma... Déjame que me duerma así...

Besos.