Ayer te hablé de la lluvia, de lo mucho que me gusta oirla caer a través de mi ventana, de lo necesaria y relajante que es, también de su facilidad para hacerte recordar momentos del pasado... Me contestaste que mirar y escuchar la lluvia acompañado está muy bien, pero hacerlo solo... Únicamente te ayuda a darte más cuenta aún de que sólo te acompaña la soledad, y me puse a pensar... Me pusiste a pensar en todo lo que hemos vivido pero también lo que no, en lo mucho que deseaba estar contigo y en lo que me hubiese gustado quedarme dormida en tus brazos mientras escuchábamos la lluvia.
Besos.
Besos.
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