domingo, 28 de junio de 2009

De una madre agradecida...


Querida hija:

El día que me veas mayor y ya no sea yo, ten paciencia e intenta entenderme.
Cuando comiendo me ensucie; cuando no pueda vestirme, ten paciencia. Recuerda las horas que pasé enseñándotelo.
Si cuando hablo contigo repito las mismas cosas mil y una veces, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeña, a la hora de dormir, te tuve que contar mil y una veces el mismo cuento hasta que te entraba sueño.
No me avergüences cuando no quiera ducharme, ni me riñas. Recuerda cuando tenía que perseguirte y las mil escusas que inventaba para que quisieras bañarte.
Cuando veas mi ignorancia sobre las nuevas tecnologías, te pido que me des el tiempo necesario y no me mires con una sonrisa burlona.
Te enseñé a hacer tantas cosas... comer bien, vestirte,... como afrontar la vida. Muchas cosas son producto del esfuerzo y la perseverancia de los dos.
Cuando en algún momento pierda la memoria, o el hilo de nuestra conversación, dame el tiempo necesario para recordar. Y si no puedo hacerlo, no te pongas nerviosa, seguramente lo más importante no era mi conversación, y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas.
Si alguna vez no quiero comer, no me obligues. Conozco bien cuando lo necesito y cuando no.
Cuando mis piernas cansadas no me dejen caminar, dame tu mano de la misma manera en que yo lo hice cuando tu diste tus primeros pasos.
Y cuando algún día te diga que ya no quiero vivir, que quiero morir, no te enfades. Algún día entenderás que esto no tiene nada que ver contigo, ni con tu amor, ni con el mío,... Intenta entender que, a mi edad, ya no se vive, sino se sobrevive.
Algún día descubrirás que pese a mis errores, siempre quise lo mejor para ti, y que intenté preparar el camino que tu debías hacer.
No debes sentirte triste, enfadado o impotente por verme de esta manera. Debes estar a mi lado, intentar comprenderme y ayúdame como yo lo hice cuando tú empezaste a vivir.
Ahora, te toca a ti acompañarme en mi duro camino. Ayúdame a acabar mi camino con amor y paciencia, mucha, mucha paciencia. Yo te pagaré con una sonrisa, y con ese inmenso amor que siempre te he tenido.

Te quiero.

Besos.

2 comentarios:

Miganel dijo...

Para ser mi primera visita por aquí,qué tierno me ha parecido... Encantador!!!!

Besos desde Irlhadia!

Hada Azul dijo...

Muchas gracias Beeril.

Besos