Miro el reloj y no veo horas, ni minutos, ni segundos...No veo el discurrir lento y seguro del tiempo, no veo el rastro del espacio esparciendo su diabólica semilla por doquier...
En mi reloj no hay manecillas ávidas de devorar la cuarta dimensión. No. No existen segundos marcados por el segundero, sino instantes marcados por el recuerdo; no exiten minutos marcados por el minutero, sino sensaciones marcadas por el instinto; no existen horas, sino sentimientos marcados por la razón; no pasan los días, semanas, meses y años; sino pasan sonrisas, risas, miradas y dulces besos. No marcan una vida, sino un amor que siempre dura y que marcó, marca y marcará mi sino...
Gracias Reloj, sigue sin marcar las horas. Gracias Chronos hijo de Gea por adornar mis solaces recuerdos...
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