Vale, hoy estoy un poco más convencida que ayer. Tal vez esto sea lo mejor. Sí, supongo que lo es.
No puedo asegurar con convicción que esto sea lo correcto, pero quizá sí pueda decir que se me hace mucho más fácil que de la otra manera.
Además, él está convencido de que la indiferencia es lo mejor, me duele, pero supongo que era lo que ambos esperábamos. Porque yo no sé fingir, eso está claro, y él demuestra poca importancia (ninguna) hacia el tema que, supongo, era lo que yo esperaba.
Risas, alegrías, felicidad, pasotismo, asco, malas caras...En eso se reducen los días; todo eso para poder cubrir su imagen de una maldita vez y enviarla a su reservado especial. O, al menos, para intentar apartarlo de mi cabeza esas seis horas en las que tengo que soportar su presencia e ignorarla.
Creo que, desde que me di cuenta de cómo era conmigo en realidad, mis sentimientos han cambiado un poco. Lo quiero, por supuesto, pero no acepto su forma de ser conmigo y, tras años de ceguera, me di cuenta la semana pasada. Pensé durante toda la mañana en cómo había sido todo, en cómo era sólo conmigo, en que conmigo era totalmente diferente. No estoy loca, no soy una paranoica, y no me monto películas, como él decía. Lo vi claramente el mismo día que le dirigí la palabra por última vez. ¿Por qué iba a tener que aguantar que cosas que le hacian otros le hicieran reír y, si se las hacia yo, me girara la cara y me dejara de hablar, ignorándome por completo?. ¿Por quererlo? Pues he estado demasiado tiempo agarrándome fielmente a esa razón, quererlo debía ser suficiente y, ni lo fue, ni lo es. Y que me digan loca y todo lo que quieran, pero yo no tengo por qué callarme y aceptar lo que me dicen si estoy viendo que no es así, y encima llevo yo la razón.
Supongo que ha despertado la "yo" que dormía en mi interior presa del amor que, aún hoy, sigo sintiendo por él. Mas, como el amor no es suficiente, mi "otra yo" ha salido de su escondite para dar un poco de guerra. Así que supongo que más de uno tendrá que aguantar todas mis locuras elevadas a la enésima potencia, y soportar cientos de miles de millones de indirectas. Mmmm...digamos que mi "yo rencorosa" ha regresado.
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