Bueno, definitivamente, no es tan malo.
Sí, hoy estoy bastante animada,. Supongo que me he acostumbrado ya a las excusas y a las cosas que no son del todo ciertas (mentirijillas, por así decirlo).
En fin, hoy no tengo mucho que decir; ya no lo echo tanto de menos. Espero ir superándolo poco a poco pero con constancia. Sin más recaídas y sin tener que llamarlo para tan sólo oír su voz y sin hacer el ridículo y quedar mal con él, y, bueno, sin comportarme como una niña tonta.
Lo olvidaré, es mi único objetivo.
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